El peruano, una vez que conoce su lado criollo, debe-está obligado-se exige ser extrovertido. Aunque aparezca ante el mundo como ignorante, descarado, impertinente, desubicado… al peruano no le importa. Siempre tiene su excusa emblemática en la frase: “Yo soy de esas personas que te dice las cosas en tu cara”. Y ya está, protege su choledad con una faceta completamente opuesta al perfil estándar del peruano: la honestidad, o digamos, la sobre-mega-inflada honestidad.La indiferencia, el recato o el silencio ante un suceso lo hace sentir menos, sometido, vulnerado (y el peruano ha sido menos, sometido y vulnerado tantos siglos por cuanto español, chileno, gringo, terrorista, soldado o presidente abusivo se cruzó en su camino que siente que debe aprovechar esta etapa histórica de libertad de expresión para reivindicarse).
Esto va dedicado a mis expresivos compañeros. Sin hipocresías, solo que debemos reconocerlo... su reeducación es imposible y ustedes tienen claro que el equivocado, que el huevón, soy yo. Tampoco es para no hablarnos, no dudaré en preguntarles la hora.
pd: Hay cada nick, ya me habia acostumbrado a ciertos mensajes personales y declaraciones de amor, pero hay nuevas mutaciones como los que no quieren regresar a este pais horrible, haganme el favor de quedarse allá, hacemos una adobada pro fondos... que la pollada es muy chola para tí.
pd2: Ya pues, no nos enojemos que no es para tanto, solo hablamos de tus cojudos nicks.
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